domingo, 18 de enero de 2015

Libros prohibidos


Esta nueva entrada va a ir dedicado por aquellos autores que publicaron una novela y que en numerosos países fueron prohibidos, ya sea por su alto contenido sexual, de drogas o cualquier tema religioso.  Yo me voy a detener en España, aunque la censura de libros abarque mucho más países, sobre todo el continente americano, que, desde mi ignorancia opinión, fue el lugar donde más libros se prohibieron. 

Aquí en España, durante la aciaga dictadura franquista, el sexo y la política concentraron los esfuerzos de los censores, oficio que desempeñaron conocidos escritores, como Camilo José Cela, la colmena. 
En el cine los censores mutilaban sin piedad y preferían provocar un incesto en Mogambo, convirtiendo al matrimonio protagonista en hermanos, antes que tolerar un adulterio. 
Huarte y Vives, Larra y Espronceda, Galdós y Valle Inclán, Jovellanos y Floridablanca, Machado y Blasco Ibáñez y tantos otros artífices que habían expresado en su obra el amor al hombre, ensalzando el progreso y la cultura, cantando las gestas del pueblo frente al invasor extranjero, fustigando a la reacción o difundiendo entre el pueblo las ideas democráticas, republicanas y socialistas.
Si no fuera porque la censura ha ‘mutilado’ a decenas de generaciones, que no pudieron elegir libremente sus lecturas, al tiempo que cercenó las carreras literarias de brillantes escritores, resultaría puro sainete. Las motivaciones para vetar algunos textos han sido auténticamente esperpénticas. Jardiel Poncela, uno de los escritores más divertidos y no suficientemente reconocido, tuvo varios percances con la censura. Pese a ser un hombre de derechas, el triunfo del franquismo lo convirtió en un ‘apestado’. Novelas como La tournée de Dios fueron consideradas blasfemas o pornográficas, en el caso de Pero ¿hubo alguna vez once mil vírgenes?.
En cuanto a las penas, no era habitual ir a la cárcel por tratar de publicar una obra (ya que el filtro censor actuaba como freno), pero en el caso de vender o editar libros que estuvieran prohibidos y contuvieran injurias a la nación o a la iglesia la cosa se podía poner fea, sobre todo hasta antes de 1966, cuando se relajó la presión, usando la censura más como un elemento de intimidación sobre los autores. 
Estoy segura que muchos más autores fueron prohibidos, que, de ser así, y no estén aquí comentado, también tienen ese reconocimiento. Yo me he propuesto leer todos aquellos libros que prohibieron (desde el siglo XIX en adelante, claro, libros prohibidos hay desde hace muchos siglos atrás). 




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